Abstract:
El objetivo de este trabajo es el de analizar la presencia de una figura innovadora y subversiva en la narrativa española feminina de la Primera Posguerra: la figura de la "chica rara".
Con la consolidación del régimen franquista empieza una época de represión y control que se extiende a todos los ámbitos de la vida y anula cualquier tipo de pluralismo político, ideológico o cultural. Con respecto a la mujer, el Estado propaga, a través de la Sección Femenina de la Falange, la Iglesia católica y otras instituciones, un modelo ideal de moral y conducta que la adoctrine a cumplir su única misión, la de esposa y madre. En este contexto se crean una serie de mitos sobre la feminidad que se reflejan tanto en la vida privada como en la experiencia narrativa de muchas escritoras de la época. Si en las novelas rosas se sigue retratando el prototipo ideal de mujer en busca de marido, a partir de la publicación de la novela "Nada" en 1944 irrumpe en el panorama literario del país un grupo de escritoras en cuyas obras aparece un personaje femenino novedoso, totalmente en contraste con el canon establecido. El concepto de “chica rara” es analizado con más detalle en uno de los estudios de Carmen Martín Gaite recopilados en el volumen “Desde la ventana” en el que la autora recoge una serie de características comunes a este nuevo prototipo de mujer que, capitaneado por el ejemplo de Andrea, la protagonista de "Nada", va a verse repetido en la novela "Los Abel" de Ana María Matute, en "Nosotros los Rivero" de Dolores Medio y en su propia novela "Entre visillos". A partir de aquí se pretende examinar a las protagonistas femeninas de estas novelas e individuar en los textos aquellos rasgos que las convierten en chicas “infrecuentes”. Solamente después, a través del análisis de las escasas informaciones biográficas disponibles sobre las autoras, cuyas trayectorias de vida personal han quedado desapercibidas durante mucho tiempo, se deduce la presencia de unos fantasmas autobiográficos escondidos detrás de los personajes de Andrea, Valba, Lena, Natalia y Elvira que son el resultado del peso que tuvieron los condicionamientos sociales en la formación de estas mujeres novelístas y de su necesidad de encontrar unas estrategias para negarse al programa de sumisión impuesto por el régimen. Carmen Laforet, Ana María Matute, Dolores Medio y Carmen Martín Gaite son, a su vez, “chicas raras” que a través de sus heroínas demuestran su inconformidad y su negación a adaptarse al modelo de mujer ideal exigido.